CULTURA TIAHUANACO
“¡Tiay vanaco!”: “¡Sientate y
decansa, guanaco!” reza una leyenda incaica.
Se dice que esta frase salió de labios del
Inca que conquistó el Collao, al invitar a sentarse en presencia suya a un chasqui que había ido al Cusco
y regresaba a Tiahuanaco portando el importante mensaje. Admirado por las
cualidades atléticas de aquel hombre, le honró comparándole por su
extraordinaria velocidad, con el ágil y elegante camélido andino.
Desde entonces se afirma que la ciudad
conserva el nombre de Tiahuanaco (Perú) o Tiwanaku (Bolivia).
La zona del altiplano albergó
a una de las tradiciones que aportaría las semillas del primer fenómeno
imperial en esta parte del continente. La Cultura Tiahuanaco (100 a.C. - 1200
d.C.), gracias a que ha dejado impresionantes vestigios arqueológicos a lo
largo de gran parte de territorio, ha sido uno de los fenómenos más mencionados
por los investigadores, pero se cuentan con pocas investigaciones
clarificadoras a la fecha.
La altura (sobre los 3,000
m.s.n.m.) y las condiciones climáticas (alternancia climática, inundaciones,
sequías, impiden un desarrollo extensivo de la agricultura, reduciéndola a
tubérculos y quenopodiáceas (quinua); mientras fue de suma importancia el uso
del ganado camélido andino. Si bien queda claro que esta zona es separable de
los Andes Centrales, es por demás interesante que el Altiplano haya sido una
zona donde se gestaron muchos de los procesos económicos, sociopolíticos e
ideológicos que luego tendrían repercusión en las culturas andinas hasta los
Incas, cuyos gobernantes fundadores reclamaban proceder de esta zona.
ORÍGENES DE
LA CULTURA TIAHUANACO
Tiahuanaco es el nombre de una
aldea del Altiplano boliviano habitada en la actualidad por indios aimaras y
mestizos. Se encuentra aproximadamente a la misma altitud que el lago Titicaca,
de cuya orilla meridional la separan muy pocos kilómetros.
No se ha podido explicar con
claridad el significado de la palabra Tiahuanaco. En Bolivia se ha impuesto en
parte la ortografía más; simple de "Tiwanaku".
En el año 1533 aparecieron los
primeros soldados españoles en el Altiplano boliviano, preguntaron a los indios
quiénes fueron los constructores de los edificios, ya en ruinas, y los
indígenas respondieron que ellos "no podían decir ni explicar quién los
había construido". Hacía apenas un siglo que los incas habían conquistado
el Altiplano de Bolivia. Pero en la época de los incas los templos ya estaban
arruinados y casi cubiertos por la tierra.
Los investigadores se han
interesado por Tiahuanaco desde 1892, estableciendo que se trataba de una
cultura anterior a la de los Incas.
UBICACIÓN
GEOGRÁFICA
Esta cultura estuvo ubicada a
una altura de 3842 m.s.n.m. Por su carácter expansivo Tiahuanaco abarco
territorios de Perú, Chile y Bolivia pero principalmente se desarrolló en el
Altiplano Perú - boliviano.
Practicaban la agricultura, la
caza y sobre todo la ganadería. Destacaron especialmente en la arquitectura y
escultura, el monumento más conocido de la cultura Tiahuanaco es la Portada del
Sol en el conjunto monumental de Kalasasaya, los Tiahuanaco alcanzaron también
gran perfección en la arquitectura en piedra, lo que puede comprobarse
especialmente en el templo de Pumapunku así mismo en la litoescultura, cuyo
máximo exponente es el monolito de Ponce que representa a un jefe divinizado
con sus atributos típicos: tocado cuadrangular, collar, un kero en las manos y
una figura extraña, quizá un pututu o caracola utilizada como instrumento
musical, lleva cinturón, tiene las piernas separadas, de la cabeza descienden
trenzas y en su espalda hay tres rostros.
No se han encontrado sectores de habitación, por ello se cree que fue un importante Centro de Peregrinación.
Mucho después de su abandono
Tiahuanaco aún continuaba siendo un lugar de respeto. Hacia el 550 d.C.
Tiahuanaco dejo de ser centro religioso y se convirtió en centro urbano. Era la
época de convivencia y coexistencia pacífica con la Cultura Huaro.
De todos los aspectos de la
sociedad Tiahuanaco, la religión fue uno de los más importantes. Un personaje
divino se repite con frecuencia en la piedra y en la cerámica, es la figura
central de la “Portada del Sol”. Su vinculación con los Chavín es innegable. Es
la misma divinidad representativa en la Estela Raymondi, llamado “Dios de las
Varas”. Esto más la presencia del felino, el águila y otros elementos, sugiere
que Tiahuanaco fue un renacimiento de la Cultura Chavín.
CRONOLOGÍA
Tiahuanaco fue la
cultura más longeva del área andina, por tanto la periodización evolutiva tuvo
distintas teorías y postulados que han ido variando a lo largo de la historia.
En un principio Wendell
Bennett dividió a Tiahuanaco
en tres periodos denominado: temprano, clásico y decadente. Esta división
cronológica fue replanteada con estudios posteriores. Basándose en la división
de Benett, Wallace definió al periodo
tiahuanacota temprano como cultura Keya o Qeya.
Posteriormente Ponce
Sanginés propuso una
cronología en 5 fases, las dos primeras anteceden al periodo temprano que había
planteado Benett y corresponden al periodo formativo tardío de América,
posteriormente denominado periodo aldeano.
La ciudad de Tiwanaku
fue fundada aproximadamente en 1580 a. C., como una pequeña
villa, y creció a proporciones urbanas entre el 300 y el 500, consiguiendo un importante poder regional
en los Andes
centrales.
En su máxima extensión, la ciudad cubría aproximadamente 6 km², y tuvo un
máximo de 40 000 habitantes.
Colapsó
repentinamente aproximadamente en 1187. La ciudad fue abandonada y su estilo
artístico se desvaneció.
Período
Aldeano: Épocas I y II 1580 a. C. - 45 d. C.
En este periodo el
sitio de Tiwanaku estaba ocupado por una pequeña aldea con casas rectangulares
techadas a dos aguas a las que se adosaba un recinto circular, posiblemente
destinado a la cocina. Los cimientos eran de piedra y los muros de adobe;
pequeñas calzadas unían las viviendas. No se han encontrado vestigios de
arquitectura religiosa o monumental, ni tampoco hay indicios de que existieran
clases sociales. Los enterramientos se realizaban directamente en cestas de
piedra. Los cuerpos hallados indican que se practicaba la deformación craneana.
Su economía se basaba en el cultivo de papa, que para su almacenaje era
deshidratada en la forma que hoy se conoce como "chuño"; así mismo se
cultivaba la oca. Uno de los
elementos decisivos fue la domesticación de la llama lo que permitió el
pastoreo; formaban caravanas que sirvieron para el intercambio de productos. La
lana fue necesaria para la textilería y su carne servía de alimento.
Mantenían un comercio
suplementario a través del intercambio de flechas de obsidiana tan
características de la cultura Wankarani. Se traía la
sodalita para la manufactura de cuentas que utilizaban como ornamento; también
se traía helio basalto de las canteras de Querimita. Se conocía el cinabrio,
cuyo color rojo se utilizaba en los enterramientos. Se trabajaba el cobre
incluyendo el vaciado. Asimismo se trabajaba el oro y la plata. En el periodo
aldeano hay dos tipos de cerámica, uno de ellos -que tiene similitud con la
Pucara- es incisa y pintada de color marrón, rojo y blanco sobre fondo castaño
claro. Son notables las vasijas globulares decoradas con esta técnica, algunas
presentan un felino con el cuerpo de perfil y el rostro humanoide de frente.
Otras vasijas tienen forma de aves. El segundo tipo carece de pintura y algunas
de sus piezas están modeladas en forma antropomórfica (figura humana).
Urbano:
Épocas III y IV 45 d. C. - 700 d. C.
En el siglo II, Tiahuanaco dejó de ser la aldea
concentrada de los primeros tiempos para convertirse en una gran urbe
ceremonial que tiene dos centros dominantes: el conjunto de Akapana con los
edificios que la rodean y el Puma Punko situado al suroeste de Akapana. Ambos
muestran la estructura doble de Tiwanako, que evidencian la visión propia de la
sociedad andina, división que pervive hasta la llegada de los españoles y aun
después. Todas las urbes andinas, incluyendo Cuzco, se dividían en dos; Anan
(los de arriba) y Urin (los de abajo).
Expansivo:
Época V 700 d. C. - 1187 d. C.
En el siglo VIII, Tiahuanaco se
expande sobre la base de los enclaves preexistentes, tanto en la costa como en
los valles interandinos; así mismo extiende su poderío sobre el altiplano y la
sierra. Esta expansión fue posible gracias al dominio del bronce que le
permitió una gran superioridad militar. La expansión se evidencia por la
difusión de los símbolos y elementos Tiwanakotas, que aparece en la cerámica y
los textiles de todo el ámbito conquistado. Esta expansión llega hasta el norte
de Chile (San Pedro de Atacama) y muestra relaciones con la cultura de la
Aguada de Argentina, deja su huella en los valles de Cochabamba y avanza por el
oeste hasta Cerro Baúl, en la moderna Moquegua, donde entran en contacto con el imperio huari, con el que se
relaciona económicamente e ideológicamente. Ante la caída del imperio huari en el siglo X,
Tiahuanaco también entra en crisis. En el siglo XII el colapso es inevitable y
en la región donde floreció Tiahuanaco surgen nuevos estados aimaras entre los
que se destacan el reino colla y el reino lupaca.
EXTENSION
TERRITORIAL DE LA CULTURA TIAHUANACO
Tiahuanaco como Cultura
regional tuvo su centro en el Altiplano Perú-Boliviano, inmediato al lago
Titicaca. El sitio principal, que da nombre a la cultura, está muy cerca de la
frontera entre los dos países. Por encima de los 3,800 m. de altura ocupa parte
de un valle alto andino entre las cordilleras de Kimsa-Chatta y Achuta. Las
edificaciones hoy día en ruinas están casi 35 m. por encima del nivel actual
del lago; pero quizás en épocas anteriores las aguas llegaban más cerca. Por
eso algunos han pensado que Tiahuanaco pudo ser un puerto lacustre.
Tiahuanaco es una cultura
local del Intermedio Temprano y no debe ser confundida con la Cultura
Wari-Tiahuanaco peruano que dominó durante el Horizonte Medio como estilo
Pan-andino.
Tiahuanaco es una de las
culturas de mayor importancia en la historia Andina. El arqueólogo Kroeber
decía que Tiahuanaco es uno de los estilos (junto con Chavín e Inca) que marcan
la cronología andina. Estéticamente, añadía, Tiahuanaco rivaliza con Chavín.
"Ambos poseen un elemento de grandeza; en un grado que no se encuentra en
otras partes del Perú. Pero Tiahuanaco está libre del elemento de monstruosidad
que frecuenta Chavín. Tiahuanaco es verdaderamente severo pero no se desliza
hacia el terror".
Es posible que Tiahuanaco
contase producciones muy diversificadas procedentes de varias regiones que se
encontraban bajo su influencia o su administración:
1.- El área central alrededor del lago con
excepción quizás en sus primeros tiempos de la zona norte bajo la influencia
Pukará.
2.-
El Altiplano al sur del Lago con sus grandes recursos ganaderos y una
agricultura especializada en quinua y tuberosas (papa, etc.).
3.- Los valles yungas orientales de la
actual Bolivia.
4.- Los recursos agrícolas de la sierra
occidental del actual Perú, en los actuales departamentos de Moquegua, Tacna y
Arequipa; así como en las zonas de Arica y Tarapacá.
5.- Los recursos marítimos de la costa sur
peruana entre Camaná-Iquique.
El control sobre este marco geográfico debe
haber ocurrido en el curso de un largo proceso. Es posible que no siempre ese
control significara conquista ni administración política directa. Algunos
historiadores suponen que ya desde entonces Tiahuanaco practicaba la técnica de
los Archipiélagos. Es decir controlar diferentes pisos ecológicos para
complementar la producción de cada uno de ellos. Algunas islas de este
archipiélago Tiahuanaco podrían haber sido las colonias de pescadores en la
costa del Pacífico.
La capital o el foco principal
de esta cultura en la zona arqueológica de Tiahuanaco habrían tenido
aproximadamente 2,4 km2 y fue, según el arqueólogo Personas un área
densamente habitada durante el Intermedio Temprano. Quizás tuvo entre 5,200 -
10,500 habitantes.
POLÍTICA Y ESTRATOS
SOCIALES
La política tiahuanacota fue de
tipo teocrático es decir que no utilizó la fuerza militar en sus conquistas
territoriales. Hacia los años 400 y 500 d.C. los tiahuanacotas refuerzan su
poder religioso concentrando el culto en la ciudad de Tiahuanaco, ampliando su dominio
territorial hacia la costa por occidente y el bosque tropical por el oriente.
La economía tiahuanacota se
basó en actividades agrícolas, ganaderas y artesanales. Tuvieron enclaves
agrícolas en las yungas marítimas y fluviales, además de los valles
interandinos y la puna. Aunque se tiene evidencia del manejo intensivo de la
agricultura, no hay estimaciones consensuadas de la cantidad de su producción.
La acumulación de la riqueza se
dio a través de las cabezas de ganado. Las evidencias muestran que las élites
tiahuanacotas manejaron grandes rebaños de camélidos que sirvieron para la
confección de textiles de gran calidad, como lo demuestran los descubrimientos
en la costa sur.
La élite tiahuanacota al
manejar grandes rebaños, también manejó el transporte comercial de la hoja de
coca y el maíz que viajaban desde las zonas cálidas hasta el centro ceremonial
de Tiwanaku
Antonio Sagárnaga clasificó de la
siguiente manera los estratos sociales:
a) Elite gobernante: clase dirigida y con
poder que planificó las grandes
obras y que al parecer se atribuyó origen divino.
b) Clase media: encargados de la
realización de las obras de ingeniería y de arquitectura, a esta clase también
pertenecían los artesanos.
c) Campesinado: toda la estructura del
estado descansaba en el trabajo de este sector social.
El cronista español de la colonia, Fernando
Montesinos, en un tomo manuscrito de 215 folios con el título “Memorias historiales y políticas
del Perú” (procedente de la
Biblioteca Universitaria de Sevilla, con fecha de conclusión de 1644) hace
referencia a una recopilación de información acerca de la nómina de monarcas
anteriores al inkario.
En estos documentos de Montesinos se
encuentra una lista que excede al centenar de monarcas y Ponce Sanjinés logra
definir que Tiwanaku contó con 49 jefes de estado.
Retrocediendo con los lapsos de mandatos
encontrados en esos documentos, el primer
jefe de estado Tiwanakota, de
nombre Tito Capac comenzaría su mandato el año 170 a.C.
(y finalizaría el 145 a.C.) , fecha aproximada a la datación radio carbónica
del principio de la época II de Tiwanaku (de transición de la fase aldeana al
inicio del estado).
Cada uno de estos jefes habría gobernado en
promedio unos 28 años, siendo el último (el 49avo) el jefe de estado con el
nombre de Titu Yupanqui (lapso de gobierno del 1172 al 1187
d.C.).
RELIGION
La denominada "deidad de
los báculos" fue el dios principal de los tiahuanacotas, éste representa a
un dios celestial y según algunas hipótesis, ésta deidad podría ser el mismo Tunupa de los posteriores reinos aimaras, o el Wiracocha de los tardíos incas. Históricamente la
deidad de los báculos es adorada en la meseta
del collao desde tiempos
anteriores a los tiahuanacotas y aparece tardíamente en los wari.
Iconográficamente, la
representación mejor lograda y conservada de la deidad de los báculos se
encuentra en la Portada del sol,
en donde la deidad aparece en posición central rodeada de seres alados.
Se tiene evidencia que los
ritos tiahuanacotas fueron de mucha complejidad y asociados al consumo de
sustancias alucinógenas. Las sustancias utilizadas, además de las hojas de coca, fueron las semillas de anadenanthera o el parica y eran consumidas en tabletas; las
tabletas fueron representadas en las esculturas tiahuanacotas como el monolito
de Bennet y de Ponce, además de haber sido encontradas en las tumbas de Tiwanaku y San
Pedro de Atacama. Aparentemente estos alucinógenos se conseguían en enclaves
tiahuanacotas en el chapare y eran consumidas tanto por los
sacerdotes como por seres humanos sacrificados.
Sacrificios
En excavaciones realizadas en
el sitio arqueológico de Akapana se han encontrado materiales como ofrendas,
alfarería, fragmentos de cobre, huesos de camélidos y entierros humanos. Estos
objetos fueron encontrados en el primer y segundo nivel de la pirámide de
Akapana y la cerámica adjunta corresponde a la fase III de los tiahuanacotas.9
En la base del primer nivel de
Akapana se hallaron hombres y niños desmembrados a los cuales les faltaba el
cráneo; estos restos humanos estaban acompañados de camélidos desarticulados
además de cerámica. En el segundo nivel se encontró un torso humano
completamente desarticulado. En total se encontraron 10 entierros humanos, de
los cuales 9 eran varones. Estos sacrificios corresponden, aparentemente, a
ofrendas dedicadas a la construcción de la pirámide.
ARQUITECTURA
DE LA CULTURA TIAHUANACO
En la arquitectura realizaron
técnicas cuidadosamente planificadas, sus construcciones por el material
empleado (piedras) denotan aplicaciones de ingeniería y técnicas artesanales no
utilizadas ni desarrolladas por otras culturas, denotando una planificación
cuidadosa. Un ejemplo claro de estas características fue el que los
constructores emplearon en sus construcciones clavijas de metal o grapas, un
procedimiento ingenioso para asegurar que los grandes bloques de piedras se
ensamblen perfectamente. Entre los más importantes conjuntos monumentales de
esta cultura encontramos Monumentos ciclópeos (grandes proporciones) entre los
que figuran:
- El Palacio de Kalasasaya (Piedra
Parada).
- La fortaleza de Akapana, con su forma
de pirámide.
- Pumapunku, con plataformas y pirámide.
Akapana con su forma de
pirámide aprovecha una elevación natural. En su enorme estructura (180 X 15m.
de altura) existían canales de desagüe. Hacia el norte de Akapana se encuentra
Kalasasaya (Piedra Parada). De dimensiones menores a las de Akapana (135 X 130)
es el recinto más célebre por haberse encontrado allí un templete subterráneo.
Pero sobre todo por estar ubicada dentro de él la Puerta del Sol, pieza maestra
de todo el arte andino. Apartado de Kalasasaya y Akapana existe un grupo de
ruinas conocidas como Pumapunku
LA PORTADA DEL SOL
Tallada en un solo bloque de
andesita, el símbolo de Tiahuanaco tantas veces descrita. Esta puerta
monolítica fue colocada en el lugar que hoy ocupa en época muy reciente, el año
1903, y seguramente cambió de lugar otras veces. Es probable que se tratara de
la entrada de un gran templo, desaparecido hace ya muchos años.
En la parte superior, muy
extensa, sobre la angosta y baja apertura de la puerta, está esculpido un
relieve llano, cuyo dibujo recuerda los tapices de esta misma época. En el
centro vemos una divinidad erguida sobre un trono escalonado y con cetros en
ambas manos. Los bordes de sus ropajes están adornados con cabezas humanas
reducidas; en esta figura central se ha querido ver al dios del Sol, porque su
rostro, de mirada fija despide rayos en todas direcciones, terminados en una
cabeza de animal. En tres frisos, colocados uno sobre otro, se representan
seres mitológicos alados, con una rodilla doblada y coronas dentadas en sus
cabezas, avanzando hacia la divinidad central. En sus manos sostiene algo que
semeja también un cetro. La figura de los frisos superior e inferior tiene
cabezas humanas con grandes ojos redondos, mientras que las del friso central
elevan hacia el sol sus cabezas de cóndor o de águila. En los tres frisos los
personajes tienen extremidades humanas.
Algunos elementos de su iconografía se propagaron por todo el Perú y
parte de Bolivia; los relieves que decoran su entrada propiamente dicha
simbolizan sin duda fenómenos cósmicos, expresados plásticamente. Se han dado
innumerables interpretaciones de la Puerta del Sol; muchas de ellas parten de
la hipótesis de que se trata de un calendario.
Posteriormente aparecen
figuras aisladas de la Puerta del Sol en la decoración cerámica y los tejidos
del período expansivo de Tiahuanaco, en Perú y Bolivia; adoptan distintas formas
y variables locales. A veces se reproducen fragmentos difícilmente
reconocibles.
En la parte oriental de
Kalasasaya una magnífica escalera de piedra asciende hasta un cuadrado de
menores dimensiones, del que se afirma que en la época de los españoles estaba
aún rodeado de murallas con esculturas de cabezas humanas aplicadas en ellas.
En este lugar consiguió Bennett sacar a la luz hace algunos años una estatua de
piedra, la mayor entre todas las que se conocían hasta entonces. Fue llevada a
la Paz. Otra figura más pequeña, de aspecto más primitivo, descubierta también
por Bennett, permaneció en el lugar donde fue hallada. Sirvió de modelo a
Heyerdhal para su "Kontiki": pero cayó en el error de creer que el
anillo nasal era la barba del "dios blanco" Se ha llamado
"Palacio de sarcófagos" a los restos de un edificio que se alzaba al
oeste de Kalasasaya. Su existencia viene atestiguada únicamente por los
cimientos, que se hallan bajo tierra. El edificio tenía cuarenta y ocho metros
de longitud y cuarenta de anchura. En los últimos años los bolivianos excavaron
el lugar con tanta habilidad que consiguieron poner al descubierto los
cimientos. Alrededor de un espacioso patio interior se alinea una serie de
recintos más o menos grandes, y no se requiere mucha fantasía para ver en el
"palacio" a juzgar por su grandeza, la residencia del sacerdote más
importante y de sus ayudantes o acólitos, que celebraban las ceremonias del
culto. No sabemos a qué dioses se adoraba; es muy posible que cada uno de los
templos estuviera dedicado a un dios determinado. En el palacio se encontraron
además suelos con una blanca capa de estuco a diferentes alturas, circunstancia
que permite obtener datos cronológicos de relativa seguridad. Es posible que a
lo largo de los trabajos de excavación surjan nuevas moradas de sacerdotes que,
como en el caso descrito, conserven los cimientos sepultados bajo tierra.
CERÁMICA DE
LA CULTURA TIAHUANACO
La cerámica Tiahuanaco
desarrolló dentro de su propio estilo, algunos de los grandes temas comunes a
todas las culturas andinas: Felinos, Serpientes y Falcónidas o Cóndores. Las
figuras pintadas, principalmente los dos animales sagrados, el puma y el
cóndor, o solamente sus cabezas, y a veces también cabeza humanas, poseen
contornos blancos o de color oscuro.
Era policroma es decir, de
varios colores, donde el dominante es el
anaranjado.
La cerámica Tiahuanaco tiene
en común con Nazca la acentuación de los contornos, con la diferencia de que el
estilo del Altiplano las figuras son más simples y rígidas. Las abstracciones
simbólicas, que aumentan en la época tardía, empiezan a aparecer
esporádicamente en la época clásica como "glifos" sagrados. La gama
de colores no es tan rica como en la cerámica Nazca aunque la recuerda
vagamente.
En sus combinaciones los
colores más empleados fueron el negro, rojo, anaranjado y blanco, llegando a
combinar hasta cinco colores.
Dentro de los motivos
geométricos figura el dibujo escalonado y la espiral. Entre los dibujos
zoomorfos predominó el cóndor (31.66%) y la representación humana (18.84%).
Se observa una estrecha
relación entre el número de colores y la complejidad del dibujo. En las
vajillas de un solo color predominaba el dibujo geométrico (98%). A medida que
se empleaba más colores disminuía la proporción del dibujo geométrico y
aumentaba en cambio el dibujo zoomórfico.
En las vajillas de cuatro
colores por ejemplo el 82.22% de los dibujos son zoomórficos.
Bennett observó asimismo que
existe una cierta coincidencia entre los dibujos de las piedras y los dibujos
de los tejidos; mientras que los dibujos de las cerámicas constituían un grupo
aparte.
No se encuentra en la cerámica
de Tiahuanaco Regional la representación del Dios que figura en la famosa
Portada del Sol. En cambio esta imagen será la representación dominante en
algunos estilos del Horizonte Medio como puede verse en los hermosos cántaros
de Pacheco.
La forma que caracterizaba su
cerámica eran los keros o vasos ceremoniales.
ESCULTURA DE
LA CULTURA TIAHUANACO
Con excepción de las dos
estatuas de dioses arrodillados que flaquean la portada de la actual iglesia de
Tiahuanaco, el resto de la escultura en piedra es siempre de apariencia arcaica
y resalta apenas del bosque en que está esculpida. Y sin embargo puede decirse
que ningún otro pueblo andino dominaba el arte de tallar la piedra como los
escultores del Altiplano. Prueba de ello son ciertos trabajos, muchas veces en
miniatura, que parecen maquetas arquitectónicas; se trata de nichos y pequeñas
escaleras, cruceros escalonados e incluso pequeñas columnas redondas. Junto a
estas miniaturas existen monolitos que pesan toneladas, tallados igualmente con
gran delicadeza. La cantidad de pequeñas maquetas arquitectónicas que se han
perdido es incalculable. Las que no se usaron en la construcción de la iglesia
o de las casas aldeanas, tuvieron un final oscuro y sin gloria en el tendido
del ferrocarril que va desde el lago Titicaca a la ciudad de la Paz. El relieve
llano es típico de casi todas las estatuas conservadas. A veces se limita a una
simple incisión de muy poca profundidad, y envuelve como un manto a algunas de
las grandes figuras. Se ha mencionado muchas veces la influencia de los dibujos
de los tejidos, incluso en los relieves de la Puerta del Sol y, en efecto,
dicha influencia parece indudable.
Además de las construcciones
en piedra que han sido encontrados en Tiahuanaco, existen otros trabajos en
piedra, entre las cuales destacan las grandes estatuas, cuya altura varía entre
2 a 5,50 m. también trabajadas en
piedra, entre las que destaca la mayor de todas conocida como el monolito
Bennett, que llega a tener 7,30 m, trabajada en una arenisca roja. La cabeza
comprende el 28 - 40% de toda la estatua. Son frecuentes los adornos frontales,
cinturones y faldellines decorados. Hay también otras escultoras de tipo
zoomorfo.
Otra pieza muy importante es
la Portada del Sol, pieza maestra de esta cultura, encontrada en el interior
del Palacio de Kalasasaya, en donde aparece esculpida la imagen del dios
Viracocha (Sol). La Portada del Sol es un enorme monolito (4 m. de largo por
2,18 m. de alto) con un vano central a modo de puerta (1,37 X 83 cm.). En su
parte superior hay cuatro hileras de esculturas en bajo relieve y en medio de
ellas una figura central en alto relieve. En el reverso han esculpido frisos,
cornisas y nichos. Todo el trabajo resulta más admirable porque la piedra
empleada es una traquita muy dura. La figura central mide 81 X 54 cm. Las tres
hileras de personajes que la rodean han sido divididos en cuadrados de 20 cm.
Todas ellas aparecen de perfil, mirando a la figura central y en una posición
que podría ser interpretada como la genuflexión o el acto de correr o acudir.
En estas 48 figuras o "ángeles" el cuerpo y extremidades son humanos
pero poseen alas. Algunas de ellas tienen cabezas de cóndores. El personaje
central está cuidadosamente trabajado. En cada mano tiene dos bastones o cetros
que rematan en cabezas de cóndores. Los rayos que coronan su cabeza alternan el
felino con los círculos.
En la cara del Dios aparecen
dos "lagrimones" que Yacovleff interpretó como las manchas que se ven
bordeando el ojo de los halcones, la aparente serenidad o humanización de la
figura queda en parte rectificada por las cabezas humanas con que remata su
faldellín así como aquella otras cabezas que parecen colgar de su codo.
Diferentes estudiosos han sugerido que existe alguna relación entre este
personaje de Tiahuanaco que aparece en la Portada del Sol y el personaje Chavín
de la Estela Raimondi. La diferencia fundamental consiste en que el personaje
Tiahuanaco humaniza los rasgos felínicos Chavín. Esa humanización puede deberse
a preferencias artísticas de estilo, pero también puede estarnos indicando que
efectivamente las relaciones sociales y religiosas en Tiahuanaco producían
menos terror que en Chavín. El dios Chavín tiene la figura de una fiera de la
selva, y el Dios Tiahuanaco es un Ser más Humano.
Chullpas,
monumentos funerarios
Estos monumentos pertenecían a
la etapa de la decadencia de Tiahuanaco. Los Chullpas, son torreones de piedra,
consideradas como monumentos funerarios. Edificadas algunas con más de 12
metros de alto y labradas en piedra volcánicas, constituyen un reto a las leyes
de la gravedad terrestre, por tener menor diámetro en la base que en la parte
superior. En su interior se han hallado restos momificados y en posición fetal,
presumiblemente pertenecientes a miembros de la realeza altiplánica.
TEXTILERÍA
DE LA CULTURA TIAHUANACO
Desgraciadamente no se ha
conservado ninguna muestra de tejidos antiguos, perdidos a causa de las
lluvias, frecuentes en el Altiplano. Los magníficos tapices y los mantos
pintados, que se encontraron en las tumbas del litoral, deben pertenecer casi
todos ellos a una fase tardía de la cultura Tiahuanaco.
Las figuras de la Puerta del
Sol pueden reconocerse en algunos tejidos pero casi siempre se reducen a partes
aisladas, estilizadas; esto puede deberse a las exigencias de la técnica
textil, aunque casi siempre se busca intencionadamente la abstracción.
AGRICULTURA
Las difíciles condiciones
geográficas y climáticas colindantes a la zona del Titicaca obligaron a que los
pobladores de Tiahuanaco desarrollaran una serie de técnicas y tecnologías que
les permitieran no sólo una supervivencia, sino la posibilidad de desarrollarse
y consolidar una cultura por más de un milenio.
Acueductos, sistemas de
canales, diques y campos elevados son las técnicas utilizadas en la zona de
Koani.
Los campos elevados, llamados
camellones o waru-waru, son plataformas artificiales rodeadas por canales que
alcanzan alturas de 1.50 m. por 20 m. de ancho y hasta 100 m. de largo. El agua
que las rodeaba capturaba la energía solar durante el día y la liberaba en la
noche, creando un efecto térmico que protegía a los cultivos. Otro método
utilizado fue el de las cochas o lagunas artificiales de forma rectangular u
ovalada, que creaban un clima favorable para sembrar tubérculos, ollucos,
tarwi, habas, oca, quinua, entro otros.
La mayoría de productos los
obtenían a través de una ingeniosa red comercial conocido como trueque
(intercambio) entre los pueblos y regiones con los que establecieron contacto
con estas comunidades, especialmente las del medio marítimo del norte de Chile
y Perú, llevaron productos deshidratados como chuño (papa) y el charqui (carne
de auquénido) que pudieron ser conservadas por mucho tiempo gracias al frío
clima del antillano.
Estas técnicas permitieron que
el vertiginoso desarrollo de la tradición Tiahuanaco fuera posible,
abasteciendo a grandes centros poblados y, luego, logrando complementar su
producción gracias a la expansión y sistemas de distribución. Inclusive el
Tiahuanaco consiguió excedentes agrícolas que, bajo la batuta del Estado,
dieron sustento a una naciente burocracia.
Los
productos por excelencia fueron el zapallo, calabaza, porotos, papa, mandioca,
palta, maíz y el maní, entre otros.
Los
métodos de conservación más utilizados eran el secado y el salado para las
carnes y pescados y la deshidratación para la papa.
GANADERÍA
Si bien la agricultura les
permitió desarrollarse, fue la ganadería la real fuente de riqueza del
Tiahuanaco, integrando ambos sistemas productivos. Ello se ve en los grandes
rebaños que manejaba esta cultura, y la manufactura de sus fibras, que llegaron
a ser de gran calidad y les permitió incluirlos en el complejo de intercambios
que se realizaban con otras culturas.
Los tapices polícromos fueron
una muestra de poder y un medio de difusión ideológica que utilizaron los
Tiahuanaco con sus aliados comerciales.
La abundancia de pastos
naturales facilito la crianza masiva de camélidos andinos. Esta condición
impidió la agricultura intensiva.
VARIANTES DE
LA CULTURA TIAHUANACO
No puede hablarse de un estilo
unitario sino de diferentes estilos emparentados entre sí que, de algún modo,
poseen todos ellos elementos característicos de Tiahuanaco. Las famosas ruinas
del Altiplano, cuyo misterioso origen tantos quebraderos de cabeza viene
provocando, no fueron seguramente el único centro de la cultura de Tiahuanaco,
ni el único foco desde el cual se propagó dicha cultura en todas direcciones.
Muchos investigadores
consideran como punto de partida de una expansión cultural otras ruinas menos
conocidas situadas al Norte del Lago Titicaca, a considerable distancia del
mismo. Allí, en los alrededores de la localidad de Huari, cerca de Ayacucho, se
encuentran fosas de piedra profundas y rodeadas de losas talladas con gran
habilidad, típicas del estilo Tiahuanaco, junto a murallas de grandes rocas.
Existe un parentesco muy lejano entre las estatuas de piedra de Huari y la
escultura clásica de Tiahuanaco.
Por el contrario la cerámica
policromada de Huari muestra un claro paralelismo con el estilo de los valles
de Nazca, derivado de Tiahuanaco. Es posible que algunas provincias de la costa
peruana fueran en efecto influenciadas por nuevas ideas religiosas procedentes
de Huari, reflejadas en el estilo de la cerámica; mientras que del propio Tiahuanaco
partieron corrientes de una cultura superior hacia regiones meridionales, como
el Departamento de Arequipa en el Sur del Perú, hacia el Norte de Chile y
algunas provincias de Bolivia.
No se excluye la posibilidad
de que las corrientes culturales del Altiplano boliviano influyeran
directamente sobre la Sierra, hacia el centro y el Norte del Perú. Parece ser
que en Bolivia, donde se encuentran los mayores yacimientos de Estaño, se
descubrió la aleación estaño-cobre; así lo admiten la mayoría de los autores.
Desde allí se extendería la fundición del bronce en todas direcciones. No
obstante, las áncoras, que se aplicaban a la arquitectura de Tiahuanaco, se
componen casi siempre de cobre puro.
DECADENCIA
La decadencia política y
religiosa de Tiahuanaco ocurrió entre el 950, 1000 y 1100 d.C. La
evidencia en el valle de Azapa (Chile) da cuenta de que los sitios de
la élite tiahuanacota fueron destruidos sangrientamente, se observaron tumbas
arrasadas y cuerpos que fueron profanados y despedazados en épocas preincaicas. En Moquegua, también se observaron sitios
tiahuanacotas destruidos violentamente, aunque en el caso de Moquegua también
existe la hipótesis de una destrucción por la invasión del estado huari
(hipótesis planteada por Moseley en 1991).
En el caso del altiplano, la pérdida del poder se da
de manera menos violenta, esto evidenciado por la continuidad de los estilos
alfareros tiahuanacotas al rededor del Titicaca,
así como la continuidad de las tradiciones funerarias y cotidianas; lo que hace
pensar que el estado Tiahuanaco primero perdió su poder en la periferia (casos
de Azapa y Moquegua) y luego en el altiplano. Según Pärssinen la pérdida del
poder hizo vulnerables a las colonias a los ataques de etnias locales.
En el siglo XI, la capital de Tiahuanaco fue
abandonada y empezaron a aparecer varios asentamientos menores en toda la
meseta del Collao. Al parecer ante la
pérdida del poder político, grupos poblacionales decidieron emigrar de la
ciudad y agruparse en poblaciones independientes por toda la meseta del Collao.
El incremento de poblaciones pequeñas se incrementa en función al abandono de
la ciudad de Tiahuanaco, en un proceso que termina con el abandono total de la
ciudad y la pérdida absoluta del poder periférico.
En el caso de la alfarería, la
desaparición del estilo tiahuanacota es gradual, por lo menos así lo demuestran
estudios hechos en las áreas de Machaca y Caquiaviri, ésta última posterior
capital de Pacajes.
CONCLUSIONES
Tiahuanaco
fue el centro del mundo andino en el sur del Perú, desde allí, todo convergía
para ser redistribuido.
No se han
encontrado sectores de habitación. Se cree que fue un importante Centro de
Peregrinación. Mucho después de
su abandono, Tiahuanaco aún continuaba siendo un lugar de respeto.
Hacia el 550 d.C. Tiahuanaco dejó de ser
centro religioso y se convirtió en centro urbano. Era la época de convivencia y
coexistencia pacífica con la Cultura Huari.
El reinado de los dioses de
Tiahuanaco debió extenderse durante varios siglos a amplios sectores del país
de los incas; al Sur, desde Bolivia hasta el Norte de Chile y Noroeste de
Argentina; y al Norte hasta las provincias más septentrionales del Perú. Posiblemente
siguieron manteniendo su poder en el Altiplano durante la época incaica. A
fines del siglo IX, a juzgar por la iconografía de los vasos cerámicos y por
los dibujos de los tejidos, existían pueblos y grupos únicos muy distantes, que
tenían la misma religión.
Los tejidos de riquísimo
colorido se cuentan entre las más bellas manifestaciones artísticas que nos han
legado los artesanos indios; en los tapices con decoración abstracta, se
ocultan en realidad los elementos típicos de Tiahuanaco. Por lo que respecta a
las artes menores hay que destacar los amuletos y objetos de culto;
incrustaciones de conchas de diversos colores, oro y turquesa sobre maderas
preciosas, cuerno o hueso; artísticos recipientes para polvo de cal, que se
usaban en las ceremonias donde se masticaba la coca; coronas de cuatro puntas
con signos sagrados, para el culto de algún rito misterioso, y otros objetos de
considerable belleza.
Dada
su ubicación cercana al lago Titicaca carecían de pescado, de mar y de frutas,
pero el intercambio de ganado con las zonas costeras les permitía incorporar
estos productos y ampliar su dieta.
FUENTES BIBLIOGRAFICAS
El
Descubrimiento y la fundación de los reinos ultramarinos
Max Uhle y el Perú
antiguo
El gusto
de los otros Escrito por Vence Conti,Agustina
Civilizaciones
prehispánicas de América Escrito por Osvaldo Silva G
exelente info, muy completa gracias!!
ResponderEliminarHola! gracias por ver el Blog. Que bueno que te haya servido.
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